México va con todo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, muestra de ello es la esgrimista Melissa Rebolledo Contreras, quien a sus 23 años asistirá a sus segundas competencias de este nivel y buscará refrendar el título obtenido en Veracruz 2014, en Florete femenil por equipos.
“Es un orgullo y una satisfacción enorme para mí representar a México, son mis segundos Juegos Centroamericanos, sin embargo guardo, como la primera vez en que participé, el mismo sentimiento y la emoción, todo encaminado para poner el nombre de México en alto”, compartió.
Con el objetivo claro de subirse al pódium en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Barranquilla 2018, Melissa se concentró en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), de la CONADE, donde realizó entrenamientos a triple sesión
En 2013 hizo historia como juvenil, al ganar bronce en una copa del mundo de la especialidad en Belgrado, Serbia, primera vez en la historia del esgrima mexicano en que una floretista subió al pódium, en una competencia juvenil de este calibre.
“El deporte es mi vida porque desde chiquita mis papás me inculcaron a practicarlo, por lo que se convirtió en algo esencial para mí, me ha ayudado como persona a madurar muchísimo y en la toma de decisiones, por lo que te va ayudando a formar carácter”, indicó.
Melissa se convirtió en esgrimista porque su hermana mayor practicaba esta disciplina, a ella se le hacía aburrida, sin embargo, también la practicaba, su entrenadora le vio aptitudes y le propuso que compitiera, por lo que a los nueve años, accedió y nació su amor por este deporte.
“Decidí esta disciplina porque fue como una trampa, yo no quería esgrima porque se me hacía aburrido pero iba a entrenar con mi instructora, mi hermana mayor también hacia esgrima y la acompañaba.
“No quería, pero me dijo que había una competencia en puerta, por lo que me pidió que fuera a competir para ver si me gustaba o no ve compite, ella me prestó todo el equipo, me fue bien en la competencia, me gustó la adrenalina, los gritos, toda esa emoción de una competencia, me encantó y me quedé”, finalizó.
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