• Conflicto de IPN por nuevo plan de estudios refresca memorias de lo acontecido en Tlatelolco.

 

Un dia como hoy pero de 1968 se llevo a cabo una de  las páginas más lamentables de la historia nacional, en donde el gobierno de México mando a masacrar a miles de estudiantes que se manifestaban en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco, donde exigían mejores condiciones para el país.

En primer lugar libertad para los presos políticos, Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal. (Instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes), Desaparición del Cuerpo de Granaderos, Destitución de los jefes policíacos, Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto, Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.Sin embargo la intolerancia del Presidente de aquella época Gustavo Díaz Ordaz fue de lo más incomprensible y realizo uno de los actos más atroces que el país ha vivido desde tiempos de la revolución, ya que lejos de manejar el conflicto anteponiendo el dialogo con los jóvenes estudiantes en su gran mayoría del Politécnico y de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como diversos sindicatos de trabajadores como el ferrocarrilero. El mandatario de aquel entonces dio la orden al ejército mexicano de disparar contra los estudiantes, el ataque fue encabezado por el batallón Olimpia, en donde se dio la orden en cuanto se declamaba un mitin por los estudiantes en la plaza de las tres culturas, el caos reino cuando se vio una luz de bengala en el cielo y seguida de ella disparos de armas de fuego hacia los manifestantes que huyeron despavoridos asi todos lados, el panorama fue horrible ya que se veían caer cuerpos que alcanzaban las balas por todos lados, asi como los ríos de sangre comenzaron a fluir.

Por si fuera poco elementos de la policía y militares persiguieron con tal saña a los estudiantes que invadieron las viviendas y edificios aledaños para sacar a los manifestantes que se fueron a refugiar dentro de estas viviendas, sacándolos para llevarlos presos junto con los dueños legítimos de las casa, esto en el mejor de los casos, ya que también llegaron a recargarlos en la pared para fusilarlos como si fueran criminales de guerra. Todo esto ocurrió en la tarde y noche del 2 de octubre de 1968, en donde Gustavo Días Ordaz junto con todos los que participaron en este crimen atroz escribieron su nombre dentro de los crímenes más atroces cometidos en el país.

A casi 50 años de distancia de este suceso el país sigue de luto por los actos de represión que se suscitaron en esta fecha; sin embargo las autoridades de impartir justicia principalmente los cuerpos policiacos siguen cometiendo actos de represión hacia los manifestantes, cabe destacar lo que ha ocurrido en la última década enfatizando los casos de ACTEAL en 94, así como los actos acontecidos en San Salvador Atenco donde se incurrió en la brutalidad policiaca, por el actual mandatario nacional Enrique Peña Nieto, lo derivado por la reforma educativa por la CNTE, en Oaxaca por la desaparecida APO, como la represión que se volvió un acto cotidiano en cada sesión de la cámara de diputados en el 2013, así como la misma toma de protesta del actual presidente de México Enrique Peña Nieto donde miles de personas se manifestaron y fueron reprimidas por granaderos.

Luego de los hechos acontecidos en 1968 la historia se encarga de refrescarnos la memoria con el actual conflicto que se vive en el Instituto Politécnico Nacional, en donde desde hace una semana más de 20 mil estudiantes se han manifestado en contra del recién aprobado nuevo plan de estudios, ya que afirman que va contra la autonomía de esta importante casa de estudios de nivel superior del país, la aparente intolerancia y cerrazón de la directora Yoloxochilt Bustamante de no recibir las quejas de los estudiantes por este tema, ha encendido los ánimos de los estudiantes por lo que el movimiento se vislumbra que crecerá de forma inconmensurable si no se le da una solución satisfactoria para ambas partes.

Lo que no se debe perder de vista es que no se debe incurrir a la violencia de ninguna parte ya que podría desatar un conflicto como el de 1968, y donde de ninguna manera se puede permitir que vuelva a pasar un acto tan atroz como lo acontecido hace 46 años.

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