Ante la indiferencia de la sociedad y el silencio de empresarios y dirigentes partidistas, el pasado sábado 6 de septiembre, el gobierno federal le aplicó a la sociedad mexicana el noveno gasolinazo del año, lamentó Jesús Medina Olivares miembro de la dirigencia del Partido del Trabajo en Aguascalientes.

El litro de Magna sube nueve centavos y el de Premium y diésel 11. Con lo que se colocan en 13.04, 13,78 y 13.61 pesos respectivamente.

Desde que se aplicó la medida en 2007, y en lo que va del sexenio de Peña Nieto se han aplicado un total de 111 gasolinazos (90 Calderón y 21 Peña) hizo el recuento el destacado Petista.

De ésta manera el litro de gasolina magna cuesta ahora 22 centavos más que la gasolina de categoría similar en Estados Unidos”.

Por lo anterior ya no Existen elementos que puedan sustentar la política de deslizamiento de precios en las gasolinas ya que el propósito consistía en retirar gradualmente el subsidio hasta igualar los costos con los de Estados Unidos, objetivo que se ha alcanzado e incluso rebasado”.

Nada más que con una diferencia significativa, resaltó Olivares: a un estadounidense le representa 2 por ciento de su ingreso diario promedio para pagar un galón, a un mexicano casi el 14 por ciento.

Resulta más que evidente señaló, que los incrementos de las gasolinas y diésel son inflacionarios pues repercute en el aumento de precios en otros productos ejerciendo una presión en la inflación y no los aumentos salariales como lo afirman los empresarios y el gobierno.

Y cito tan sólo un ejemplo. El 80 por ciento de las mercancías se movilizan en transportes de carga por carreteras. Al tener un incremento en el precio del diésel, éste finalmente tiene que reflejarse en alguna parte. Evidentemente no va a ser absorbido por el transportista. Irremediablemente se trasladará, como siempre, al consumidor. Lo vemos en el encarecimiento de la canasta alimentaria, de por sí difícil de adquirir por un gran segmento de la población con su raquítico salario.

De continuar con éste diferencial, aunado con el incremento de precios de la luz y el gas, no solamente afectará más el poder adquisitivo de la clase trabajadora, también tendría efectos negativos para la competitividad de las empresas en el país. No se puede ser competitivo teniendo costos más altos que los de sus competidores, aseguró.

Pero el asunto aún no termina, falta el resto del año y de acuerdo a la Secretaría de Hacienda, a partir del periodo 2015-2017 se adoptará un esquema de precios conforme a la inflación esperada. Y será en 2018 cuando se adoptará un régimen de precios libres con base a las condiciones de mercado, informó.

Este tema no se puede catalogar como caso juzgado. Existen más dudas que respuestas y debe exigir una explicación suficientemente clara por parte del gobierno, es su obligación y un derecho que como sociedad tenemos”.

Otro argumento recordó Medina, que se esgrimió para justificar los aumentos en las gasolinas fue que se destinaban enormes cantidades en subsidios para cubrir la diferencia entre el precio de importación y el precio de venta al público, el cual beneficiaba a la población con mayores ingresos.

Resulta insostenible decir que la gente, por el hecho de tener un auto tiene que ser de altos recursos. Un vehículo, en la actualidad, ya no es un artículo de lujo. Un alto porcentaje de la población lo utiliza con fines de trabajo y los incrementos salariales no van de acuerdo al incremento del combustible, refirió.

Esta política de deslizamiento, desde que se implementó, nos ha costado un aumento en promedio de más del triple de la inflación acumulada por año.

El Aumento al precio de la gasolina para ajustarlo con los niveles internacionales, resulta ridículamente injustificado. No se pueden comparar sus economías. El salario de los trabajadores que se paga en México es mucho más raquítico que el de los otros países donde se compara, aclaró el político.

¿En que se basa la política de incrementos que están muy por encima de la inflación? ¿Cómo se piensa que el ciudadano común pueda incrementar sus recursos para compensar el aumento de los precios en servicios públicos, impuesto predial, verificaciones, cambio de propietarios, etc. Todos por arriba del índice de inflación, cuestionó.

No es posible que siendo exportadores, tengamos gasolina más cara que en los Estados Unidos. El Gobierno Federal ha dado como excusa que tiene que importar gasolina cara. Sin embargo, la culpa no es de los ciudadanos sino de los gobiernos actuales y pasados, por lo que no deben ser los consumidores quienes sufraguen esa diferencia y soporten la carga de una política de precios injustos”.

El tema de fondo es el obsesivo e insensible afán recaudatorio del Gobierno a costa del sacrificio de la clase trabajadora y de quienes menos tienen, reclamó.

 

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